FABIANA PERALTA RAMANZINI
Retazos de Eternidad Una Danza Visual entre Memoria y Deseo
POR ANTONIO SÁNCHEZ
CURADOR Y DIRECTOR DE 1819 ART GALLERY
Sumergidos en la sinfonía de sombras y siluetas que conforman esta colección de collages, nos encontramos en un vaivén entre el susurro del pasado y la respiración del presente. Cada obra es una carta de amor escrita con retazos de memoria y deseo, un ensamblaje de tiempos y espacios que convergen en la danza delicada del papel y la tinta.
Como en un sueño lúcido, las figuras humanas se mezclan con elementos de la naturaleza, flores y fauna, que se entretejen en un vals melancólico de belleza y caducidad. Estas composiciones, al evocar las técnicas de pioneros como Max Ernst, no solo juegan con la textura y el contraste, sino que parecen latir con una vida propia, un eco de las historias que habitan en su entrelazado de imágenes.
El monocromo se despliega como un lienzo temporal, donde cada imagen es un suspiro capturado en la eternidad del blanco y negro. En esta paleta reducida, los tonos y las sombras hablan más fuerte que cualquier color podría, recitando poesía visual con una voz que es suave pero profundamente resonante.
En esta narrativa visual, el collage transciende la técnica y se convierte en un lenguaje, donde cada corte y cada capa son palabras y frases de un diálogo más profundo sobre la existencia. La repetición de elementos, como llaves que no abren cerraduras, y relojes que no marcan tiempo, nos recuerdan la ilusión de la permanencia y la constante búsqueda del significado en el caos del ser.
Cada fragmento, meticulosamente seleccionado y colocado, es un verso en el poema colectivo de estas obras. No es solo una imagen lo que vemos, sino una serie de haikus visuales que, en su brevedad y precisión, capturan la esencia de emociones que no necesitan ser nombradas para ser sentidas.
Esta colección, es una meditación sobre lo fragmentario, un reconocimiento de que en la dispersión de partes se encuentra una forma de unidad, un todo que es más sugerente en su silencio que en cualquier proclamación estridente. Aquí, el arte no se explica; susurra, dejando que cada observador descubra sus secretos en la intimidad de la contemplación